A pesar de que no haya todavía una posición universal y común en campo
médico y científico sobre el concepto y sobre la naturaleza de la homosexualidad, es posible hacer reflexiones, no solo
morales sino también psicológicas, antropológicas y sociales para un debate
abierto y productivo, que salga fuera de las áridas lógicas de la
propaganda de parte.

Esta es la difícil tarea que se han planteado los autores de un libro
publicado recientemente »

La aventura del amor»,

en el que se afronta el tema del amor y de los sentimientos bajo distintas
perspectivas: una de estas es ciertamente el amor homosexual.

¿Existe el amor homosexual?

Uno de los interrogantes que el libro se plantea es si existe realmente el
amor homosexual o si sencillamente se trata de una mera atracción, solo de
impulsos dictados por el instinto y las emociones. No nos olvidemos que
hasta 1973, apenas hace algunos decenios y no siglos, la homosexualidad era
considerada una enfermedad, o en el mejor de los casos una desviación
sexual debida a una confusión o trastorno de la personalidad. Es necesario
reconocer que este enfoque científico era equivocado. El deseo y la
tendencia sexual no puede nunca determinar de hecho el estado de salud
físico y mental de una persona.

Médicos y psicólogos saben bien ya desde hace tiempo que las personas,
también las heterosexuales, pueden tener una atracción más o menos
momentánea hacia individuos del mismo sexo, sin que esto conlleve una
tendencia o una condición definitiva de homosexualidad. ¿Pero qué sucede
sin embargo en los casos en los que un hombre y una mujer van más allá del
simple instinto sexual y transforman su impulso hacia personas en una
verdadera orientación de vida? ¿Y qué decir de quien incluso se somete a
delicadas operaciones quirúrgicas para cambiar de sexo? No es fácil dar una
respuesta. Detrás de estas orientaciones a veces se esconde un fuerte
sufrimiento y desaliento interior, un malestar social, a menudo una
violencia sufrida o una trágica desilusión de la vida. A veces estas
elecciones, también si son hechas en plena conciencia, nacen de un
sufrimiento profundo.

Por esto hoy es fundamental cada vez más saber educar al amor, hasta que
nuestros sentimientos sean realmente libres y puros. ¿Pero es más necesaria
una orientación sexual o una orientación existencial? Conocer el mundo
interior de las personas – y aquí el trabajo de psicólogos, formadores e
incluso sacerdotes es esencial – nos ayuda a escuchar, a entender mejor y a
aceptar al prójimo, ayudándole a descubrir la pureza y la paz a través de
la fe.

Dos documentales de los que ya hemos hablado

, pueden ayudarnos a entender mejor la búsqueda del amor verdadero en las
personas homosexuales.

Educar y orientar al amor

El libro insiste mucho en la importancia de ofrecer una orientación
adecuada a los padres, a los profesores y a los formadores para poder
desarrollar bien su misión educativa en relación con los niños y los
adolescentes. Frente al mainstreaming de una cierta ideología de género que
a menudo entra en nuestras casas en forma de videojuegos, videoclips
musicales, canciones, películas y series, es necesario adquirir las
capacidades adecuadas para educar y orientar al amor a nuestros hijos.

Por ejemplo, cuando se sospecha de una tendencia homosexual, pueden ser de
ayuda los siguientes comportamientos:

• favorecer las relaciones interpersonales con personas del otro sexo;

• destacar el valor de la amistad;

• no aislarse en un ambiente solo de hombres o solo de mujeres;

• destacar el valor de la castidad y del matrimonio, como fruto del amor
entre un hombre y una mujer.

Homosexualidad y pastoral cristiana

En una reciente entrevista de Franco Olearo a monseñor Giuseppe Marciante,
publicada en la revista mensual “

Il Timone

” en el mes de junio de 2017 titulada: “Homosexualidad. Acoger no quiere
decir justificar”, se presenta la orientación de la pastoral cristiana en
relación con esas personas que tienen una atracción por el mismo sexo.

Siempre la Iglesia ha afirmado que nadie queda excluido de la misericordia
de Dios. Dios no discrimina en base a la tendencia sexual de la persona. La
pastoral cristiana exhorta siempre a no abandonar nunca a nadie. Esta
apertura incondicional hacia todos, no quiere decir justificar cualquier
cosa. Es necesaria una prueba de nuestra buena voluntad. Es la castidad.
Dios nos quiere testigos fuertes de la castidad que es nuestro don para
quien amamos. Como ha subrayado Marciante en la entrevista citada: “La
virtud de la castidad se pide a los célibes, a los novios, a los viudos no
casados, a los separados e incluso a los mismos cónyuges. Esta es la
capacidad de la persona de ser fiel a la verdad de la misma sexualidad. A
fuerza de no hablar, parece cancelada del vocabulario de nuestra realidad
social. La castidad se ha convertido en un tabú. Esa no significa
simplemente la abstención de las relaciones sexuales, sino la custodia de
la capacidad de amor. En el fondo, la castidad es la transparencia del
corazón”.

Amor y sexualidad

La relación entre amor y sexualidad es intrínseca a la naturaleza humana.
En una sociedad cada vez más confusa y en búsqueda de una identidad, que
aparece hoy fragmentada hasta casi haberse perdido, el verdadero desafío es
ofrecer líneas educativas para construir un equilibrio y una armonía entre
los sentimientos y la sexualidad. La aventura del amor, puede ser sin duda
una guía útil para dar luz y claridad sobre el tema del sentimiento y de la
sexualidad, vista desde una perspectiva no solo tecnológica, sino también
médica, antropológica, psicológica y comunicativa.

Digámoslo enseguida. No es un libro fácil, pues afronta cuestiones
espinosas y complejas. El interrogante inicial del libro plantea sin
ambages la cuestión de fondo “¿por qué preferimos tener relaciones fugaces
o incluso virtuales? ¿Por qué no somos ya capaces de estar juntos un
periodo de tiempo largo, con la base de un proyecto de vida común? La
respuesta es dramáticamente sencilla: pensamos que nuestra libertad
personal sea superior a cualquier otra cosa, que va más allá de cualquier
límite, vínculo y deber. Lo que nos falta es una verdadera relación entre
educación a la libertad y educación al amor”.

¿Qué tiene este libro? ¿Por qué es importante leerlo? Son los mismos
autores quienes responden: “una de las cualidades de este trabajo es
construir bases sólidas, antropológicas, filosóficas y científicas para la
explicación y el debate de cuestiones actualmente controvertidas en el
campo de la afectividad y de la sexualidad. A la vez, es accesible también
a aquellos que no son especialistas y ofrece aplicaciones prácticas que lo
convierten en un verdadero vademécum”. Es una obra que ofrece ideas
interesantes para padres y educadores que saben lo difícil e importante que
es educar al amor.

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