El primer estudio de este tercer volumen de la colección Familia y medios de comunicación social presenta un perfil de las
asociaciones o instituciones empeñadas en la promoción de la familia en la
Argentina. Asimismo, permite observar la imagen de familia sobre la que
éstas programan sus actividades y revela las estrategias de comunicación
interna y externa de las asociaciones.

Por último, indaga sobre temas relacionados con la familia que están
presentes en la opinión pública. Con este fin se realizaron entrevistas en
profundidad a 29 representantes de asociaciones familiares en los meses de
septiembre a noviembre de 2012.

Esta investigación cuenta con un precedente, el trabajo realizado en Italia


La comunicazione istituzionale nel Forum delle Associazioni Familiari

(Italia)”

[1]

que fue encargado al equipo de investigación de “Famiglia e media” por los
directivos del Forum.

Se adaptó el cuestionario a las circunstancias de la sociedad argentina,
manteniendo su filosofía y estructura originales. El cuestionario pretende
describir: a) cómo es la asociación (perfil e historia,
número de sus miembros, área de actividad, misión, idea de familia que
promueven, público al que se dirigen, actividad asociativa y obstáculos; b) cómo comunica, es decir cuál es la comunicación interna y externa
de la asociación, qué instrumentos usa para éstas; c) cómo ve el
entorno público en el que actúa, en particular la influencia de los medios
en la sociedad frente a temas de familia, y d) qué percepción
tiene la asociación –por sus portavoces- sobre temas controvertidos
públicamente como las ayudas fiscales a la familia, el reconocimiento legal
de las uniones entre homosexuales, la eutanasia, etc., así como cuáles
deberían ser las prioridades de la agenda política relativa a la familia.

A diferencia del estudio italiano, cuya muestra respondía a las exigencias
del comitente del estudio, el Forum, la selección de la muestra de
las asociaciones de familia argentinas se hizo a partir de los Institutos
de Familia universitarios que tienen mayor presencia en el país: Instituto
para el Matrimonio y la Familia de la Pontificia Universidad Católica
Argentina, Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad Austral,
Instituto Familia y Vida de la Universidad Católica de Salta y el Instituto
para el Matrimonio y la Familia de la Universidad Católica de Santa Fe.
Cada uno eligió aquellas instituciones que trabajan de manera regular en el
área regional del instituto. El valor de la muestra radica en que abarca
aquellas instituciones con mayor trayectoria, reconocimiento público,
permanencia y logros en su labor en el territorio argentino e incluso,
algunas de ellas, en el campo internacional.

Sin ánimo de agotar la riqueza de las conclusiones del estudio realizado
por Zelmira Bottini de Rey, Directora del Instituto para el Matrimonio y la
Familia de la Universidad Católica de Argentina (UCA), María Teresa Téramo,
profesora del Instituto de Comunicación de la misma universidad, y
Alejandra Planker de Aguerre, docente también en la UCA, caben destacar
como hallazgos más originales los siguientes: a) la juventud biográfica de
las asociaciones de familia en Argentina –casi todas surgieron a partir de
la década de los años 90, dato que concuerda con las diversas iniciativas
promovidas por san Juan Pablo II en beneficio de la familia; b) la clara
conciencia de la propia identidad y misión, así como el compromiso de sus
miembros; c) el carácter mayoritariamente confesional; d) la juventud
organizativa e incipiente profesionalidad en la gestión de la comunicación;
e) el carácter predominantemente reactivo en relación con los medios de
comunicación tradicionales y la confianza en Internet como herramienta
principal de comunicación.

Coherentemente con el modo de realización del estudio -entrevistas
personales a los portavoces de las asociaciones por parte de un experto de
los Institutos de familia que han llevado a cabo el trabajo de campo- el
análisis pone de manifiesto el papel que éstos pueden tener en la mejora
del trabajo de las asociaciones de familia a través de la formación; y, a
su vez, el enriquecimiento que para los institutos de familia supone el
conocimiento del trabajo de las asociaciones, con su puntos de fuerza y de
debilidad.

No obstante el impacto popular de los videojuegos, y el enorme volumen de
negocios que generan, la reflexión académica les ha prestado hasta ahora
poca atención. Algunos los consideran mera evasión; las familias, en
cambio, les prestan más atención. Muchos padres temen su capacidad para
“enganchar” a sus hijos, las ambientaciones que proponen, el tiempo que les
roban y, también, el dinero que cuestan las consolas y los mismos
videojuegos. En el segundo capítulo, Giuseppe Romano, autoridad indiscutida
en Italia en este campo, explica las claves del poder de atracción de esta
nueva forma de jugar que explota las potencialidades del contexto digital.

Son tres los factores o dimensiones que, combinados, dan tal fascinación a
los videogames: la dimensión lúdica, omnipresente en toda cultura
y parte esencial de la condición humana, como demostró Huizinga en Homo ludens; la dimensión narrativa que, en el caso de los
videojuegos, se acrecienta en cuanto que el jugador se hace “protagonista”
de la historia seleccionando entre las alternativas que se le ofrecen, y la
propuesta más o menos explícita de tesis que el videojuego conlleva, como
lo conlleva todo discurso. Un ejemplo de esta última dimensión retórica se
puede ver claramente en un videojuego como los Sims. Parece un
simulador inocuo de la vida social, un juego al fin y al cabo; sin embargo
proyecta una visión reductiva de la persona y de las relaciones sociales,
que se resuelven en pocos impulsos predeterminados que condicionan los
comportamientos de los personajes. Solo la mirada despegada e irónica de un
adulto capta esa propuesta de sentido manipuladora y simplista.

No es sólo evasión lo que está en juego con los videogames. De
otro modo no se explica el impacto popular y económico que tienen. Basta
pensar, a título de ejemplo, que en Italia dos familias de cada tres tienen
una consola, que la edad media de los “videoplayers” es de 28 años, que una
comunidad de jugadores como la Playstation Network supera los 80
millones, etc. Sin duda este estudio de Romano ofrece una clave de lectura,
asequible para un público culto, de la “gramática” de los videojuegos, de
su estructura expresiva.

Muy oportunamente Corinne Manella, autora del estudio sobre The Office -una singular comedia de situación de gran éxito entre
la gente joven en Estado Unidos, como lo fue en Gran Bretaña su antecesora
del mismo título de la BBC- cita a Chesterton a propósito del humor y la
seriedad: “el humor, como el ingenio, está relacionado, aunque solo sea
indirectamente, con la verdad y las virtudes eternas, pues así como ponerse
serio acerca del humor es la mayor de las incongruencias, así es la peor de
las pomposidades enorgullecerse monótonamente del humor; pues éste es el
principal antídoto contra el orgullo, y ha sido, ya desde el libro de los
Proverbios, el martillo de los locos” -G.K. Chesterton (Humour, 1938).

Tomarse en serio una comedia es una paradoja, estudiarla seriamente para
entender porqué funciona no lo es, nos recuerda Manella. Pues bien, la
autora ha hecho una disección de la primera temporada de esta popular
teleserie americana, que inauguró un nuevo formato televisivo, el mockumentary (mock –burla- y documentary
–documental), a partir de las virtudes sociales (pietas, observantia, oboedientia, honor, gratitudine, vindicatio, veritas, affabilitas, liberalitate,

en sus originales nombres latinos que no coinciden exactamente con el
actual nombre en las lenguas vernáculas). Y Manella lo ha hecho con
seriedad, es decir con profundidad, y con originalidad. No solo ha
demostrado que el método cualitativo-cuantitativo, que el equipo de

Familia y medios de comunicación

ha creado para analizar los textos de ficción e informativos, funciona
y se puede usar –con las necesarias adaptaciones- a este género
televisivo singular, sino que lo ha hecho a partir de la

escena

como unidad de análisis, corroborando lo que ya demostró la aplicación
del método al análisis de una telenovela a partir del estudio de los
arquetipos en el arco temporal de una sub-trama, como unidad de
análisis (

Famiglia e media. Il detto e il non detto
, Roma, Edusc, 2008).

Dejando ahora de lado las minucias técnicas al lector interesado, en este
trabajo se da respuesta cumplida a la pregunta: ¿Por qué atrae una
teleserie cuyos protagonistas son ridículos, casi bufonescos? Cuando el
humor, que no el sarcasmo, nos hace amar aquello de que carecen, significa
que existe una mirada positiva respecto de las virtudes, del ideal de
persona realizada, feliz. El sarcasmo narrativo fustiga los vicios de los
personajes, y deprime a los espectadores; el humor se compadece
livianamente, con ligereza, de los defectos de los personajes y anima al
espectador a no tomar demasiado en serio los suyos, pero sin disculparlos.
En la comedia hay humor porque, en su raíz más profunda aunque inadvertida,
hay una visión esperanzada del hombre. Tolkien y Lewis dijeron que la
comedia solo podía crecer en un humus cultural cristiano. Pues
bien, las virtudes están muy presentes en The Office como en el
negativo de una fotografía.

En el cuarto capítulo del presente libro, Norberto González Gaitano
reflexiona sobre la naturaleza de las relaciones familiares siguiendo las
pautas antropológicas de Malo ( Io e gli altri. Dall’identità alla relazione), estudia la
representación de esas relaciones en los medios de comunicación examinando
el caso de un género muy popular como son las telenovelas, y la influencia
que esta imagen “virtual” tiene en la familia real.

Las relaciones familiares (paternidad, maternidad, filiación) son dadas y,
como tales, crean vínculos fundacionales que requieren su asunción y
perfección por parte de los términos de esa relación para que sean
constitutivas y no destructivas de la identidad personal. O sea, la familia
no es solo una realidad biológica y simbólica, cultural, sino una realidad
“in fieri”, en permanente edificación. Precisamente por ello, la imagen
simbólica que cada cultura propone de la familia contribuye a realizarla o
a debilitarla. Siendo los medios de comunicación uno de los factores
determinantes de la cultura actual, es extremadamente importante entender
qué imagen de familia proponen. Como decía Montagu, una cultura se hace a
partir de la imagen que tiene de sí misma y cambia con los cambios de esa
imagen.

Por lo dicho hasta ahora, es evidente que este tercer volumen de la
colección Familia y medios no tiene una unidad temática. Se
equivocaría quien la buscase. Pero sí tiene un hilo conductor, el mismo que
anima la propuesta de todo el proyecto de investigación que va
extendiéndose por diversos países y con aportaciones originales. Para dar
argumentos eficaces a las asociaciones de familia que promueven una cultura
de la familia es necesario estudiar adecuadamente la representación de la
misma en los medios de comunicación. Los autores de estos ensayos están
convencidos de que los estudios empíricos no deben ser auto-referenciales o
una mera excusa para mejorar el currículo académico u obtener financiación,
sino que deben ser útiles a las familias y a quienes las representan.



[1]

La Porte, José María, y De Ascaniis, Silvia, “La comunicazione
istituzionale nel Forum delle associazioni familiari (Italia)”, en Famiglia e Media, Roma, EDUSC, 2012, pp. 17-60.

Previous

A la búsqueda de una buena lectura. Viaje dentro del portal Delibris.org

Next

¿Qué estaba en juego en fin de cuentas en el Sínodo sobre la familia?

Check Also