mercoledì, Settembre 27 2023

¿Eres dependiente de tu móvil? Si respondes que no, quizá
tienes que pensarlo un momento, porque ya entre WhatsApp, redes sociales,
distintos tipos de aplicaciones, SMS e internet somos muchos los que
pasamos el tiempo más con la cabeza hacia el smartphone
que con los ojos hacia el cielo o mirando otros ojos.


Dependencia del móvil: una investigación revela cuántas veces al día lo
utilizamos

La dependencia del móvil
es una triste realidad. ¿Te has preguntado alguna vez cuántas veces al día
cogemos nuestro teléfono, aunque sea solo para mirar si hay alguna
notificación o alguien nos ha buscado? Esta es la media: 221 veces. Lo
revela una investigación inglesa del instituto OnePoll.

Según este estudio, la dependencia del móvil es ya un
fenómeno difundido en todos los países avanzados, independientemente de la
edad, el sexo y la condición social. De media, comenzamos a usar el
smartphone a las 7:23 de la mañana para terminar a las 23.21 de la noche,
con un uso total de casi 3 horas y media al día. Estas horas multiplicadas
por los siete días de la semana hacen casi 24 horas. Es como si pasáramos
todo un día a la semana interactuando con nuestro teléfono. ¿Y para qué lo
usamos? Para ver las redes sociales, para enviar e-mails, escribir SMS,
navegar en la red, utilizar app y obviamente para llamar. El hombre es un
animal social, necesita comunicarse continuamente con los otros pero, si no
estamos atentos, se corre el riesgo de caer en la trampa de la dependencia del móvil y de la sobredosis digital.

Dependencia del móvil: falta la consciencia

Lo que es realmente sorprendente es que no somos del todo conscientes del
uso de nuestro móvil. Test específicos revelan de hecho
que las personas usan el smartphone el doble de lo que
creen. Y si les señalas un uso elevado, ¡lo niegan convencidos!

Se ha perdido completamente la conciencia y el control del medio. Usar el
propio teléfono se ha convertido en un automatismo, del que ya no nos damos
cuenta.


¿Qué sucede si nos quitan el móvil? “Removed Social”, el proyecto
fotográfico de Eric Picksergill

A subrayar con gran ironía y una pizca de humor el fenómeno de la dependencia del móvil, ha pensado recientemente el
fotógrafo americano Eric Picksergill. Con su proyecto Removed Social, ha
capturado, en


una serie divertida de imágenes


algunos instantes que nos muestran cómo nos servimos de nuestro smartphone también en los momentos más íntimos. Una prueba
de que estamos realmente obsesionados. La galería de imágenes evidencia
cómo ya el teléfono está presente en cada momento de nuestra jornada:
mientras estamos a la mesa en familia, cuando estamos con nuestros hijos,
en la cama antes de ir a dormir y apenas nos levantamos. La particularidad
y originalidad de este proyecto está en el hecho de que el fotógrafo ha
quitado el móvil de las manos de sus modelos.

Permanece solo la postura cómica, la mano que aprieta un móvil inexistente,
metáfora fuertemente irónica de cómo nuestros instrumentos digitales nos
dan solo la ilusión de comunicar con los otros y de tener una vida social,
mientras que en realidad nos alienamos, porque nos impiden instaurar
relaciones reales y dialogar y debatir con personas reales.


Una nueva cultura para el mundo digital: ¿es posible salir de la
dependencia?

La pregunta de fondo entonces es: ¿Nos hemos resignado a una continua
expectativa, al ansia y a la dependencia de nuestro teléfono y de todos los
instrumentos digitales en general, o todavía es posible encontrar el justo
equilibrio? ¿Estamos frente a un creciente desapego entre vida real y
virtual, que está poniendo en peligro nuestras relaciones? ¿Vale la pena
aprender a hacer buenos propósito digitales, quizá con pequeñas renuncias?
Para empezar, hay que convencerse de la necesidad de crear y difundir una
“cultura” de un uso correcto y apropiado de los nuevos medios y de las
redes sociales. Es el primer paso para edificar una familia y una sociedad
equilibrada, libre y sana.

Así como existe cultura cada vez más difundida sobre una alimentación
correcta y sana, que evita el riesgo de enfermedades y nos permite llevar
una vida equilibrada, igualmente es necesaria una “dieta tecnológica”, para
evitar excesos dañinos para el cuerpo y la mente.

La pregunta que se impone a nuestra reflexión es: ¿Qué nos está quitando
realmente el mundo digital? Por ejemplo, en términos de capacidad de
razonamiento y de cálculo, de memoria y atención. ¿Qué valores importantes
de nuestra vida, como la amistad, el amor y las relaciones interpersonales,
están siendo condicionados?

¿Es posible salir de la dependencia del móvil y poner la
tecnología en el lugar adecuado, consiguiendo encontrar una forma sana para
hacer convivir la sociedad de la información con aspectos de nuestra vida
que estamos descuidando? No se debe eliminar la tecnología, no tendría
sentido y sería anacrónico. Pero se debe redimensionar y evitar usos
inútiles, para reencontrar un equilibrio perdido.

La tecnología es como la comida. Si abusamos, nos hacemos obesos.

Previous

Misericordia, famiglia e mezzi di comunicazione

Next

¿Tableta o mesa? La convivialidad según Steve Jobs y Fabrice Hadjadj

Check Also