En el mundo somos más de 7 mil millones de personas, de las cuales casi 4
usan Internet. Esta es la métrica con la que la web

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(disponible en 12 idiomas) distingue la población mundial: la primera es
definida población total, la segunda población digital. ¿Usas cada día un dispositivo
electrónico, haces compras online, chateas y navegas en las redes sociales?
¡Bien! Formas parte de la población digital y también
estás sujeto a la llamada elaboración de perfiles. Pero,
¿qué es la elaboración de perfiles? El artículo 4 del GDPR, el nuevo

Reglamento europeo que entró en vigor el 25 de mayo pasado

, define la elaboración de perfiles como «toda forma de tratamiento
automatizado de datos personales consistente en utilizarlos para evaluar
determinados aspectos personales de una persona física, en particular para
analizar o predecir aspectos relativos al rendimiento profesional,
situación económica, salud, preferencias personales, intereses, fiabilidad,
comportamiento, ubicación o movimientos de dicha persona física”; datos que
a continuación son incluídos en un grupo homogéneo en base a gustos,
intereses y comportamientos. Por eso, cada vez que un usuario clica “Me
gusta” en Facebook, busca cualquier producto en Google o Amazon o descarga
una app, un algoritmo lee su acción, la archiva y la repropone bajo forma
de mensaje publicitario en las sucesivas navegaciones.

La pregunta que tenemos que hacernos, entonces, es:

“¿Estamos dispuestos a regalar todas estas informaciones que, en
teoría, deberían ser personales y protegidas?”

El caso Cambridge Analytica

En los meses precedentes, en nuestro artículo

“¿Qué está pasando en Facebook?”

ya habíamos hablado del caso Cambridge Analytica, una sociedad que ha
vendido datos personales de perfiles de más de 87 millones de usuarios de
la red social a terceros para fines comerciales y políticos. Por otro lado,
una investigación efectuada por la Universidad Carlos III de Madrid había
evidenciado cómo Facebook tendría en mano los datos personales y sensibles
(opiniones políticas, religión, pertenencia sindical, datos sanitarios,
vida y orientación sexual) de cerca el 40% de los ciudadanos europeos, casi
205 millones de personas.

A la luz del nuevo reglamento europeo, hay que preguntarse si

nuestros datos en un futuro estarán concretamente al seguro y si
nuestra privacidad será finalmente respetada. Además, no es banal
preguntarse dónde acabarán las informaciones personales compartidas en
precedencia.

Solo el tiempo, lamentablemente, podrá aclarar y darnos las respuestas que
buscamos, pero algo es seguro, el nuevo reglamento europeo sobre la
privacidad llevará a cada ámbito, entre los cuales el informático, cambios
sustanciales.

5 consejos útiles para nuestra privacidad

¿Es realmente posible proteger los propios datos en Internet, o debemos
resignarnos a ser espiados y manipulados? En espera de los efectos del
nuevo reglamento europeo, cada uno de nosotros, con un poco de sagacidad y
buen sentido, puede empezar a adoptar precauciones para tutelar la propia
privacidad en internet.

He aquí 5 consejos útiles que os aconsejamos seguir:

1. Utilizar browser
anti-
elaboración de perfiles

En la web se pueden encontrar algunos browser, como Qwant, que garantizan la
anti-elaboración de perfiles y que no utilizan cookies, sistemas de
seguimiento de los usuarios o que, como Duckduckgo, utilizan servicios de
criptografía que garantizan el casi anonimato revelando solo los datos
esenciales necesarios para la navegación, como por ejemplo la procedencia
geográfica en base al continente de pertenencia.

2. La lista de “amigos”

¿Os ha sucedido alguna vez aceptar o añadir personas desconocidas, o que no
conocéis bien, quizá porque os han enviado una petición de amistad o
simplemente porque queríais incrementar vuestra lista de “amigos” en
Facebook, Twitter, Instagram, etc.?

Es útil que lo que compartimos sea accesible solo a personas de las que
realmente nos fiamos. Es aconsejable, por tanto, efectuar una limpieza de
los propios contactos, haciendo una neta distinción entre “amigos” y
“conocidos” para poder decidir compartir nuestras jornada, una foto, un
momento especial o un pensamiento con “todos y solos nuestros verdaderos amigos”.

3. Términos, Condiciones y Configuración de privacidad

Varias plataformas están en estos días actualizando las propias políticas
de uso caracterizadas por una cada vez más rica disciplina en materia de
privacidad y seguridad. Seguramente estaréis incluso cansados de tanta
insistencia. Pues bien, vale la pena dedicar un minuto a la lectura de esos
textos que podéis encontrar dentro de la configuración o a pie de página de
la App o en la web de vuestro interés, bajo la frase “Términos y condiciones”.

Algunas redes sociales, como Facebook, están además implementando en las
propias plataformas la posibilidad para el usuario de decir qué
informaciones compartir y pueden ser usadas por la red social. Todo esto lo
encontráis yendo a las configuraciones de vuestra red social y clicando en “configuración de privacidad”, seguid la
línea guía preconfigurada, leed bien la premisa a la base de vuestro
consentimiento o no y estad seguros de dar vuestro consentimiento a
informaciones que efectivamente puedan ser compartidas con terceros.

4. Los datos personales

Estamos acostumbrados a introducir datos personales en el propio perfil (la
ciudad en la que vivimos, nuestra dirección de residencia o domicilio, el
año de nacimiento o el número de teléfono). ¿Pero todas estas informaciones
al final son realmente útiles para poder utilizar todas las potencialidades
de esa plataforma? Si pensamos que a veces pueden bastar pequeñas
informaciones sobre una persona para robar su identidad, mejor no facilitar
las cosas a ciber criminales que podrían utilizarlas para fines
ilícitos e incluso tu daño. Sería oportuno modificar el propio perfil
eliminando datos o no incluyéndolos en el momento de nuevos registros.

5. Atención a las app para smartphone

Quien descarga una aplicación para su uso en smartphone Android desde Google Play, habrá notado seguramente que, para ser
instalada, necesita dar su consentimiento para acceder a algunos datos
presentes en el dispositivo. ¿Pero es realmente indispensable que una App
tenga acceso a todas nuestras informaciones para poder funcionar
correctamente?

¡Afortunadamente no! Algunas casas productoras de Mobile App son
“astutas” en obtener, a través de los permisos obligatorios, el acceso a datos que en realidad no son
fundamentales para su funcionamiento. Debemos por tanto prestar mucha
atención a lo que instalamos y a los permisos que damos para defender
nuestra privacidad y seguridad. ¿Cómo podemos intervenir en caso de que
necesitemos esa determinada aplicación pero requiere tanto accesos para
poder instalarla?

No existen software o App automáticas de auxilio en este
caso concreto, pero aún así podemos tomar algunas precauciones:

a) Antes de instalar una aplicación conviene verificar que esta no requiera
el acceso a esas áreas de nuestro smartphone de la que sea posible
extrapolar fácilmente nuestros datos sensibles, salvo que no sean
extremadamente útiles a su funcionalidad. ¿Pero cuáles son las llamadas autorizaciones peligrosas?

Calendario, Cámara, Contactos, Sensores para el cuerpo, Micrófono, SMS,
Memoria, Posición y Teléfono.

b) Instalar sólo aplicaciones desde la PlayStore, verificar en el
menú de las aplicaciones que Google Play Protect esté activo para
evitar instalar aplicaciones de “fuentes desconocidas”.

c) ¡Gestionar siempre los permisos de nuestra aplicaciones! Accediendo en
la configuración de nuestro dispositivo en el área App/Aplicaciones/Permisos, os encontraréis frente a la lista de
todas las aplicaciones instaladas en vuestro dispositivo. Clicando
sobre cada una de ellas, además de las informaciones habituales,
encontraréis el botón “Autorizaciones” desde el cual podéis tanto verificar
las informaciones a la que esa determinada App tenga acceso, como desmarcar
el acceso a esas determinadas áreas no indispensables para el correcto
funcionamiento.

¡Recordemos que el instrumento más eficaz para la defensa de los propios
datos, es siempre nuestro buen sentido!

¡Buena y segura navegación a todos!

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