En el alfabeto de las generaciones, son los últimos. Nos referimos a los jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, que constituyen la llamada Generación Z. Siguen a la Generación X, nacida entre los 60 y 70, y a la Y, o Millennials, de los 80 y 90.

La Generación Z incluye a jóvenes que vivieron el 11 de septiembre de 2001, directa o indirectamente, y que inicialmente se denominaron homeland generation, pues se creía que, habiendo crecido en un clima de terror, serían los menos propensos a explorar el mundo y viajar. Sin embargo, han demostrado ser la generación más resiliente, mejor adaptada a los cambios y la más sensible a cuestiones éticas y climáticas, aunque en ciertos aspectos, también la más frágil.

‘Mobile first’: activismo y participación más allá de la censura

Unificados por ser ‘mobile first‘, 2.0, nacidos y criados en un mundo hiperconectado, muchos jóvenes de la Gen Z tuvieron su primer móvil alrededor de los 10 años, y desde entonces no han dejado de usarlo para comunicarse, divertirse, jugar, leer, estudiar, formarse, trabajar y también para protestar. De hecho, los estudios confirman que la Gen Z desea dar valor a la vida, defender los derechos humanos, promover la inclusión y habitar un mundo más humano. Pero, ¿este sentimiento común se limita solo a los jóvenes de países occidentales? Claramente no. En todos los continentes, impulsados también por la globalización, la Generación Z expresa su participación en manifestaciones culturales e incluso de protesta abierta, organizadas principalmente online, en países donde aún existe censura oficial, como en Irán y China.

La Generación Z en Irán

Veamos el caso de la Generación Z en Irán, donde existe un activismo compartido a través de las redes sociales, polarizado en temas y cuestiones emergentes a través de hashtags creados ad hoc para captar atención e interés. Gracias a la pervasividad de la red, la Generación Z puede eludir incluso las restricciones impuestas por regímenes autocráticos. Todos recordamos la movilización mundial por la muerte de Mahsa Amini, el 16 de septiembre de 2022, cuando la joven musulmana de origen kurdo fue arrestada por no llevar correctamente el velo. Tres días después murió en el hospital. A pesar de la censura, gracias a los jóvenes iraníes de la Gen Z, que se movilizaron desde la web, todos pudieron ver lo que sucedía en Irán y el mundo entero se movilizó, junto a millones de jóvenes iraníes que, para protestar contra el régimen y la absurda muerte de una joven por formalismos religiosos, arriesgaron sus vidas. El régimen intentó reprimir la protesta primero limitando y luego prohibiendo completamente el acceso a internet, pero las razones de la protesta ya habían dado la vuelta al mundo. De hecho, las redes sociales fueron el arma utilizada para defender derechos y denunciar abusos, para despertar conciencias y alimentar el coraje.

La Generación Z en China: los jóvenes se rebelan contra el trabajo deshumano

Los jóvenes chinos, a través de la red, están dando a conocer al mundo las dificultades que viven a diario; precisamente la fuerza de la compartición está alimentando el terreno sobre el cual madura el activismo y el sentido cívico hecho de protestas y propuestas. Una reciente investigación de la Universidad de Oxford ha destacado el fenómeno tangping, que significa literalmente ‘estar acostado’, ahora viral en la República Popular China, es un movimiento nacido en 2021 a raíz de una publicación en Weibo, la red social china más difundida, y describe el sentimiento de desánimo y desilusión general respecto a la sociedad china contemporánea y su mundo laboral. “Estos sentimientos han llevado al autor de la publicación y, junto con él, a muchos otros jóvenes chinos a ‘dar un paso atrás’ de la sociedad, resignándose ante un contexto socioeconómico hipercompetitivo y a disfrutar de la vida”. Una forma de protesta nacida en las redes sociales que muestra la inversión de tendencia cultural en China, donde los jóvenes se están rebelando contra las presiones debidas al exceso de competición orientada a la producir más.

Gen Z, familia y amigos son las verdaderas prioridades

La red permite a los jóvenes oprimidos por las dictaduras rebelarse contra la censura en sus países y reclamar en voz alta el respeto de sus derechos civiles y humanos. En los últimos años, este fenómeno ha sido particularmente evidente, como hemos visto, tanto en los jóvenes iraníes como en sus coetáneos chinos, muchos de los cuales han mostrado y siguen mostrando disconformidad, por ejemplo, respecto a las políticas laborales del régimen cuando éstas significan extenuantes horas de trabajo, explotación y negación de los derechos de los trabajadores.

Pero el hecho es que la Generación Z, y en particular la de China e Irán, gracias a la red, ha tenido un despertar de conciencia que no fue posible para sus padres y abuelos.

Esta toma de conciencia también está confirmada por una reciente investigación de Deloitte. Deloitte Global GenZ and Millennial Survey 2023”. Según este estudio, realizado con una muestra de más de 22 mil personas en 44 países del mundo, se registran pocas diferencias entre los ‘zoomers’ globales. La investigación confirma que la vida fuera del trabajo tiene una importancia cada vez mayor para los jóvenes. Los amigos y la familia siguen siendo, también para la Generación Z, lo que ‘da más sentido de identidad’ a la persona, situándose entre las máximas prioridades, con un 64%, por encima del trabajo (49%) y de todas las demás posibles actividades.

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