Niños de un año o incluso menos con un teléfono móvil en las manos: ¿quién de nosotros no los ha visto nunca?

¿Es saludable, está mal o es simplemente inevitable para los «nativos digitales»?

Algunos datos para ayudar a reflexionar. Un estudio, presentado en un congreso de pediatría (Pediatric Academic Society), reveló que en el primer año de vida hasta uno de cada siete utiliza smartphones y tabletas al menos una hora al día.

La encuesta fue realizada por el Einstein Medical Center de Filadelfia. A medida que pasan los meses, aumenta el tiempo que los niños dedican a estos dispositivos electrónicos: el 26% de los niños de 2 años y el 38% de los de 4 años los utilizan al menos una hora al día.

Uso de pantallas a una edad temprana: todos los beneficios

Sociólogos y psicólogos señalan que los beneficios del uso de los dispositivos digitales para los niños de forma cuidadosa y supervisada superan los riesgos.

Cada vez surgen más aplicaciones diseñadas para niños, con fines puramente educativos.

Está claro que incluso los niños más pequeños pueden beneficiarse del uso de la tecnología cuando no se deja al azar, sino que se orienta a objetivos concretos.

¿Ejemplos? Vemos a los niños acercarse a las lenguas extranjeras, a los ejercicios de lógica y a expresar libremente su imaginación y creatividad.

Los problemas surgen con la exposición temprana y continua

Para que la tecnología no sea perjudicial, sino beneficiosa, se requiere un análisis y una orientación por parte de los adultos, que no deben caer en la tentación de ofrecérsela a los niños cuando todavía no es el momento y, sobre todo, de forma inadecuada, es decir, como distracción de los caprichos y quejas de los niños.

Ya hemos abordado, por ejemplo, el tema de las pantallas utilizadas para regular las emociones de los más pequeños. Cuando el uso se desregula, el niño corre el riesgo de aislamiento psicológico, de deterioro de la visión por el uso prolongado de las herramientas tecnológicas y de tener dificultades para desarrollar los cinco sentidos.

Algunos estudios sobre la relación entre la tecnología y el desarrollo de los cinco sentidos

Los niños necesitan comprender la realidad a través de los cinco sentidos: las actividades necesarias en los primeros años de vida son, por ejemplo, la manipulación de objetos, la experimentación con diferentes materiales, concentrándose en diferentes sonidos y olores.

Relegar al niño a una pantalla -que sólo le permite ocuparse de la vista y el oído- limita el desarrollo de los demás sentidos.

Las actividades de los niños deben ser supervisadas por sus padres, variadas y estimulantes para los cinco sentidos.

A este respecto, reiteramos las directrices de la Asociación Americana de Pediatría:

  • En el caso de los niños menores de 18 meses, hay que evitar el uso de medios de pantalla que no sean el videochat. Padres de niños de 18 a 24 meses que quieren introducirlos a estos medios digitales deberían elegir una programación de alta calidad y verla con sus hijos para ayudarles a entender lo que están viendo.
  • Para los niños de 2 a 5 años, limitar el uso de la pantalla a 1 hora diaria de programas de alta calidad. Los padres deben compartir el uso de los medios con sus hijos para ayudarles a comprender lo que ven y a aplicarlo al mundo que les rodea.
  • Para los niños de 6 años o más, establecer límites en el tiempo que pasan utilizando los medios de comunicación y los tipos de medios de comunicación, y garantizar que no sustituyan el sueño adecuado, la actividad física y otros comportamientos esenciales para la salud.
  • Para niños de todas las edades: planear juntos momentos sin dispositivos electrónicos, como la cena o un viaje en coche, así como zonas en la casa sin pantallas, como los dormitorios.

Y por último, como siempre, es necesario el sentido común de los padres. Es fundamental darse cuenta del peso que le damos a la tecnología en la relación con nuestros hijos. La tableta, la televisión o el teléfono móvil no siempre son buenas niñeras.

La tentación de abusar de estos instrumentos por comodidad, ¡en detrimento de la salud del niño!, siempre estará.

Se necesita paciencia, determinación, autocontrol y mucha buena voluntad, teniendo en cuenta que hay momentos más estresantes en los que la tecnología puede ayudar. No son los casos esporádicos los que crean un daño permanente, sino los malos hábitos.

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