Aunque ya estamos en marzo, todavía se pueden renovar los buenos propósitos
que hicimos a comienzo de año, o formularlos si no los hicimos.

Nunca es tarde para comenzar o recomenzar. Éstos se refieren, sin embargo,
a nuestra relación con la tecnología y son los que formuló Tamara Rajakariar. Todos ellos, una selección de acuerdo con las
propias costumbres y número de dispositivos, u otros nuevos inspirados por
los de Tamara pueden ser una buena dieta digital para tener en
forma el cerebro y la voluntad. Entre la marea de correos diarios, mensajes
de WhatsApp, notificaciones de Facebook, quizá valga la pena detenernos un
poco a pensar en cuáles son nuestros buenos propósitos digitales para este
2015, reflexionando sobre lo que verdaderamente es necesario y sobre lo que
no lo es:

Un dispositivo a la vez

Lo admito pues, tengo esta costumbre horrible. No suelo ver mucho la
televisión, pero cuando lo hago, nada más empezar la publicidad, enseguida
tomo el móvil.

Soy perfectamente consciente de que es una reacción espontánea,
incontrolable, y me enfado conmigo misma. De verdad, me pregunto, ¿es que
he llegado al extremo de necesitar dos formas de entretenimiento a la vez?
No logro ver un programa en la tele sin tener que distraerme y revisar mi
página de Facebook, el Instagram o el correo. He aquí, entonces, mi primer
buen propósito digital: No ser ávida de tecnología. «Tamara, usa sólo un
dispositivo a la vez».


La vida siempre sigue adelante… independientemente del Facebook o de
las notificaciones del correo

Algo que nunca he hecho, y de lo que estoy orgullosa, es no haber activado
en mi móvil la opción para recibir los avisos instantáneos de Facebook o de
los correos. En honor a la verdad, ya me distraigo lo suficiente con
llamadas y sms, ¡faltaría más si tuviese que añadir los avisos de mis redes
sociales! Y además, no niego que prefiero mucho más experimentar esa ligera
excitación de curiosidad al abrir Facebook o Twitter y descubrir, una tras
otra, todas las notificaciones que me han llegado. ¡Da más gusto!

Una noche silenciosa

Existe una gran cantidad de investigaciones que demuestran que tener los
dispositivos tecnológicos muy cerca de nosotros mientras dormimos es una
costumbre nada saludable, ya que emiten ondas electromagnéticas que reducen
la calidad de nuestro sueño. En realidad, es casi seguro seguro que seguiré
teniendo el móvil en mi mesilla de noche, al menos para apagar el
despertador cuando suena. Sin embargo, como primer paso y demostración de
mi buena voluntad, de noche quiero empezar a poner el silencioso. Por otro
lado, ¿qué sentido tendría sacrificar el sosiego de mi sueño por el ansia
de estar actualizada constantemente por correos y sms?

Una visualización cada hora

Es muy probable que yo sea un poco anticuada, pero me gusta pensar que
tengo cierto control sobre mi relación con la tecnología. Y de hecho he
empezado a tener mi móvil en silencioso o apagado mientras estoy trabajando
y echarle un vistazo sólo una vez cada hora. De esta forma consigo mantener
mi concentración en lo que estoy haciendo, y ya no pierdo tiempo en revisar
mi móvil cada dos por tres.

Estar offl ine

Hay una cosa que de verdad no puedo soportar cuando estoy con una o más
personas, casi siempre en la sobremesa o tomando un café, y las veo a todas
mucho más pendientes de sus móviles que de nuestra charla. Si quiero
hablar, escuchar, en fin, socializar con alguien, mi móvil está dentro de
mi bolsa y yo cien por cien entregada a la conversación con quienes tengo
de frente. Me parece lo mínimo, además de ser una norma elemental de
respeto. Quiero seguir haciéndolo también durante el 2015.

Hacer todo de forma intencional

Quiero ser sincera, no me gusta estar “postando” continuamente noticias y
enlaces en la «pizarra» de mis perfiles en redes sociales. Si lo hago es de
forma consciente y mesurada. No soy el tipo de persona que cada cuarto de
hora publica y comparte todo lo que se le ocurre, bien sea mi estado de
ánimo momentáneo, bien los secretos de mis amigos. Por tanto me pregunto:
¿entonces por qué demonio estoy escribiendo justo esto ahora mismo? Tal vez
para compartir con ustedes un hábito cotidiano que considero bueno y
positivo.

Resaltar los aspectos positivos

Es verdad, lo admito. Puesto que me gusta transcurrir mi tiempo en las
redes sociales, a veces tiendo a subestimar sus peligros y sus aspectos
negativos. No sé explicar muy bien el porqué, es que a lo mejor minimizo
algunos rasgos cuando no debería hacerlo. De todas formas, quiero hacer un
nuevo esfuerzo para ver solamente sus aspectos positivos. Después de todo,
¡es un modo maravilloso de comunicar, el estar conectado y compartir
experiencias y emociones! Éstos son mis propósitos digitales para este año.
¡Ahora les toca a ustedes! ¡Medítenlo bien!

Nota:
artículo parcialmente reelaborado a partir del publicado por Tamara
Rajakariar en la página

http://www.mercatornet.com

gracias a la concesión de la autora y del editor.

Previous

Sexting y jóvenes: el 40% de los adolescentes manda mensajes con trasfondo sexual

Next

El tiempo de los cuentos

Check Also