«Me he pasado todos los veranos de mi vida haciendo propósitos para
septiembre. Ahora ya no. Ahora paso el verano recordando los propósitos
que hacía y que se han desvanecido, por pereza o por olvidarlos. ¿Qué
tienen en contra de la nostalgia, eh? Es la única distracción posible
para quien no cree en el futuro».

(De la película La gran belleza de Paolo Sorrentino)

Tengo que confesarles algo. A los periodistas no nos sucede muy a menudo
que obtengamos una respuesta positiva cuando solicitamos una entrevista.
Tampoco cuando la causa es buena. Y sobre todo no es habitual encontrar
disponibilidad, cortesía, profesionalidad e interés del otro lado, además
de la valentía de comprometerse. Todo esto, en cambio, lo he hallado
entrevistando a Nathalie Dompé, responsable de la Corporate Social Responsability de la

Dompé

, una empresa farmacéutica italiana que desde siempre está en primera línea
en la lucha contra enfermedades duras como el cáncer de mama, o en la
investigación científica para mejorar, por ejemplo, los resultados del
trasplante de hígado.

En la mar de compromisos y reuniones Nathalie logra encontrar un poco de
tiempo para Familyandmedia. Le cuento algo sobre nuestro proyecto, cómo ha
empezado y cuál es nuestro reto. Me escucha, me retroalimenta con sus
impresiones, luego me comenta algo sobre su trabajo y las iniciativas
sociales de su empresa. De pronto, me doy cuenta de que tiene algo muy
fuerte en común con nosotros del equipo de Familyandmedia: una gran fe y la
pasión que pone en todo lo que hace. Su aliento hacia su trabajo me ha
parecido espontáneo y sincero. Espero poderles transmitir todo lo positivo
de su persona que he percibido en la entrevista. ¡Que disfruten la lectura!


En su empresa usted se desempeña en el sector Responsabilidad Social,
un eje cada más estratégico para cualquier empresa moderna que quiera
estar al paso con la sociedad en la trabaja. ¿Puede explicarnos qué es
la RSI para la empresa Dompé? Háblenos de sus iniciativas.

Os agradezco la ocasión para dirigirme a un público nuevo al que con mucho
gusto intentaré explicar qué hacemos en Dompé en lo social. En primer
lugar, he de decir que los proyectos de responsabilidad social en nuestra
empresa han venido desarrollándose de la mano de nuestro compromiso con la
investigación científica y, en particular, sobre enfermedades raras. Un
empresa no puede prescindir del entorno en el que está inserta: por el
contrario, ha de formar parte activa de él, también haciéndose promotora de
cambios. En décadas tan complicadas como en las que estamos, dicho enfoque
se vuelve aún más necesario, urgente incluso. Desde nuestro punto de vista,
lo que hemos querido hacer ha sido centrar nuestra atención sobre el mundo
de las biotecnologías, que consideramos no solamente como herramientas
científicas, sino también, y sobre todo, como soluciones viables de cara a
problemas de salud aún sin resolver en ámbitos como el de la oftalmología o
de la diabetología, entre otros. Todo ello tratando de darle ocasiones de
visibilidad y soporte a las nuevas generaciones, que justo por lo que se ha
dicho, quizá sean las que, ahora más nunca, necesitan de mayor apoyo.

«
Sostieni i supereroi
»

(«Apoya a los superhéroes») sin duda es el símbolo de dicho enfoque: un
concurso que hemos promovido con éxito en 2014 y que estaba dirigido a
jóvenes guionistas para describir el mundo de la investigación científica
desde una mirada insólita e innovadora.


En el mundo empresarial de hoy día es muy común que se hable de
«trabajo éticamente sostenible y socialmente responsable». No se trata
sólo de etiquetas comodines con las que congraciarse la opinión
pública, sino de verdaderas elecciones estratégicas a través de las
cuales se construye y redefine la propia reputación de la empresa.
¿Cuál es vuestra idea de sostenibilidad?

Para una empresa farmacéutica el de «sostenibilidad» es un concepto
fundamental, porque cualquier proyecto de investigación y desarrollo de un
nuevo fármaco requiere inversiones a largo plazo. Por tanto, ser
sostenibles quiere decir antes que nada ser capaces de mirar lejos, y
concebir estrategias para que las personas se involucren en proyectos que
requieren años para ser llevados a cabo. He aquí, pues, que la
comunicación, la participación y las estrategias de talent retention –retención de talentos– sean tan fundamentales
para nosotros. Al mismo tiempo «sostenibilidad» quiere decir mantener una
relación ética con nuestros accionistas, con la opinión pública, sabiendo
comunicarles de forma responsable los pasos que nos llevan hacia soluciones
terapéuticas futuras. En Dompé la responsabilidad social desempeña justo
esta función: atestiguar el compromiso de la empresa con continuidad y
equilibrio para que el canal de comunicación con la sociedad permanezca
siempre abierto.


¿En qué medida y cómo la cultura, la investigación social y la difusión
de mensajes positivos pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de
las personas? Para una empresa como Dompé ¿qué importancia tiene ayudar
a la sociedad que la rodea, y cómo tratan de crear recursos
beneficiosos para la comunidad?

El fin último de una empresa farmacéutica es el de dar una respuesta a la
demanda de salud que todavía queda por ser atendida. Se trata de una misión
que, por su naturaleza, es ya social. Nuestro reto es el de crear un
ambiente más cercano al mundo de la investigación y a la realidad de los
pacientes. A mi parecer, en Italia hay un vacío generalizado de «saber»
científico en el tejido social que nuestras acciones, en cierta medida,
tratan de colmar. Al respecto, quiero citar el proyecto

GENiale

, del que en breve empezará la segunda edición, en el que hemos querido
contribuir precisamente a la difusión de la cultura científica en las
jóvenes generaciones, dándoles herramientas útiles para conocer las
biotecnologías y, por ende, la posibilidad de elegirlas como una opción
para sus estudios. Creemos que la responsabilidad social no es un fin en sí
misma y tanto menos un objetivo sólo asistencial, sino que debe ayudar a
formar, sobre todo en la nuevas generaciones, una conciencia del propio
estar «interconectadas con el mundo».


Si le dijera cuatro palabras: «cultura de la vida», ¿qué es lo que le
vendría a la mente enseguida?

Pienso en mi trabajo, en el hecho de que tengo la suerte de hacer un
trabajo que me encanta en un ámbito, el de la farmacéutica, en donde la
cultura de la vida está a la base de cualquier elección.


Últimamente se está empezando a hablar de internet-patía, es decir de
una verdadera y nueva patología que consiste en la adicción a la Red y
a los nuevo medios de comunicación (smartphone, redes sociales,
videojuegos, etc.). ¿Es éste un ámbito de interés en vuestras
investigaciones? ¿Qué relación tenéis con las redes sociales?

De momento la presencia de Dompé en los social media existe en su nuevo
canal oficial de YouTube, además de Linkedin. Dos redes sociales que
permiten comunicar la cultura de nuestra empresa de forma intercultural e
internacional. Creo que una de las estrategias para luchar contra la
dependencia de Internet es, también por parte de las empresas, el de no
pensar siempre en tener que presidiar todos los medios a disposición, sino
elegir aquéllos a través de los cuales es realmente posible brindar
contenidos de calidad. La misma lógica y la misma actitud que deberíamos
adoptar también con nuestras redes sociales privadas: herramientas para
utilizar con madurez y sentido del respeto hacia sí y los demás.


Para terminar. Hemos empezado esta entrevista con una breve cita sobre
los buenos propósitos, sacada de la película italiana La gran belleza, premio Óscar 2014. No hace mucho que hemos
colgado online un artículo jocoso, o tal vez no mucho: los
«buenos propósitos digitales» para este año. Entre avalanchas de
correos diarios, mensajes de Whatsapp, notificaciones en Facebook,
quizá valga la pena detenernos un momento para reflexionar sobre lo que
es verdaderamente necesario y lo que, en cambio, lo es menos. ¿Cuáles
son sus buenos propósitos?

¡Por lo general mis buenos propósitos suelen fracasar ya el día 1 de enero
de cada año nuevo! Lo que quiero decir es que la idea de «querer hacer» no
es suficiente para llevar a cabo algo realmente. Hacen falta compromiso,
planificación y trabajo en equipo. Desde mi punto de vista, mi propósito es
seguir trabajando sobre mí misma para «no conformarme nunca» con la
solución más sencilla. En este sentido, la historia de mi familia y el
ejemplo de quien se dedica a la investigación los considero testimonios muy
valiosos. Una perspectiva que nos ayuda en el desafío acerca de nuestras
propias capacidades de producir resultados innovadores, sabiendo cómo hacer
hincapié en una cultura del trabajo que esté abierta a un intercambio
constante y vivo. Es probable que sea éste el punto de partida para idear y
realizar los que llamamos «buenos propósitos».

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