Sunday, April 28 2024


El sonido del teléfono interrumpe improvisamente el silencio sordo de
mi dormitorio. Perezosamente lo dejo sonar durante un rato, tomándome
justo el tiempo para contemplar las primeras gotas de lluvia otoñal
aplastándose ruidosamente en el cristal de la ventana, como si fueran
esos mosquitos que en el verano revolotean alrededor de las farolas.Al
otro lado del aparato dos voces muy cordiales me saludan y me dan los
buenos días.


Y no cabe duda de que será un buen día cuando nos relacionamos con
alguien que, sin pedir nada a cambio, dedica su vidas a los demás.
Estoy hablando de la señora Rosanna De Lucia y de su
hija Mariangela Affinita de la ONG


Fondazione Angelo Affinita

.


Delante de mí tengo el guion con las preguntas que había imprimido la
noche anterior, pero esta vez decido improvisar.


No quiero una entrevista como las muchas que ya hice, sino un verdadero
diálogo para entender de verdad qué es lo que les empuja a estas
personas a entregarse de forma tan desinteresada a un prójimo que ni
siquiera conocen, que a lo mejor está lejos millares de kilómetros de
su casa y que tal vez no encontrarán jamás en su vida.


Y entonces es ahí cuando empiezo, de entrada con voz un tanto
temblorosa, retomando dos frases de Angelo Affinita que había leído la
noche anterior. Que disfruten la lectura.



En las palabras de Angelo Affinita, «la empresa es un bien social»
y «es el hombre el que hace la diferencia». Se trata de frases que
expresan toda su visión y humanidad. ¿Quién era Angelo Affinita y
cómo nació la idea de su Fundación?


Antes que un empresario, Angelo Affinita era un hombre que amaba poner
a los demás en el centro de su proyecto de vida. Esta visión social
siempre estuvo presente en su mente, tanto en su hogar y con los
amigos, como en la empresa con sus dependientes. Y fue justamente para
no olvidar su mensaje que quisimos crear una Fundación en su memoria.
De esta forma seguimos llevando adelante su obra de solidaridad social,
siempre teniendo en cuenta su extraordinaria experiencia humana.

¿Habéis pensado llevar a cabo algún proyecto de
media education


para ayudar a los adolescentes a conocerse y saber defenderse por
sí mismos de algunas nuevas amenazas —que no se deben infravalorar—
como el cíberacoso, la ludopatía y la adicción a los videojuegos?


Conocemos todos estos problemas que, como bien dice usted, en absoluto
debemos infravalorar. Sin embargo, se habla demasiado poco de ellos,
pero sin duda el cíberacoso, la ludopatía y la adicción a los
videojuegos son las enfermedades del nuevo milenio. Sin llegar a
demonizar las nuevas tecnologías que a diario nos brindan un gran
apoyo, es menester crear una cultura para saber defenderse de insidias,
peligros y trastornos que la adicción puede crear. En cuanto Fundación
todavía no tenemos pensado ningún proyecto parecido, aunque no
excluímos la hipótesis de llevarlo a cabo en el futuro. Sin embargo,
creemos que además de la ayuda brindada por cursos específicos y
consultas de profesionales y psicólogos, en este ámbito hace falta la
presencia y la educación de la familia. Una madre pendiente de sus
hijos, enseñándoles a tener una relación equilibrada con las cosas, y
también con la tecnología, es mil veces más eficaz que cualquier curso.


Lo que sí nos gustaría hacer más concretamente es producir y
promocionar mediante todas las plataformas disponibles algunos vídeos
dirigidos a las familias con mensajes positivos, para fomentar las
buenas prácticas y conductas, como por ejemplo estar sentados todos
juntos a la mesa a la hora de comer.



¿Qué tan central es la familia en vuestras iniciativas de
solidaridad? Por ahora, ¿quéproyectos hay en marcha y cuáles son
las ideas para el futuro?

La familia, y los chicos en particular, desde siempre están al centro de
nuestras iniciativas de solidaridad. Particularmente nos centramos en los
desaventajados socialmente. Entre todas nuestras iniciativas quisiera
destacar una: el apoyo que brindamos a los niños de las favelas brasileñas
a quienes salvamos de la calle y de los escuadrones de la muerte. Estos
niños son rescatados de la calle y cuidados por Padre Renato Chiera,
fundador de la Casa do Menor de Río de Janeiro.
Una existencia realmente dramática que nosotros, desde Europa, ni siquiera
podemos imaginar. Financiamos la construcción de «pisos protegidos» para
acoger a los meninos de rua de Padre Renato Chiera en
Brasil mismo, y seguimos contribuyendo a su mantenimiento y desarrollo a
través de adopciones a distancia. Fue nuestra primera iniciativa, a la que
decidimos darle continuidad en el tiempo. Entre los otros proyectos,
queremos señalar la Casa di Rut, un centro de acogida para
mujeres inmigrantes, solas o con hijos, que huyen de situaciones de
explotación y sufrimiento. Otra iniciativa, entre las más recientes, es Cuando yo sea grande (Io da grande sarò), un
proyecto orientado a fomentar las capacidades humanas y didácticas de
jóvenes y menores que destacan como buenos estudiantes y que estén en
condiciones económicas desventajadas. Otra iniciativa que nos gusta
recordar es Creattiva, mediante la cual
pretendemos sostener la rehabilitación de los menores sujetos a medidas de
detención, para ofrecerles una perspectiva concreta de reinserción en la
sociedad, mediante la adquisición de competencias profesionales, además de
personales y sociales. Finalmente, el proyecto MammutBus
está dedicado a los chicos de Nápoles para favorecer la integración entre
los distintos barrios de la ciudad a través del juego. Un modo único y
jocoso también de cara al desarrollo de oportunidades de educación y
trabajo. Detrás de este proyecto hay una fuerte

atención al territorio y a los niños desfavorecidos, para cambiar el
mundo. Jugando.

¿Cómo se puede apoyar vuestra Fundación?

En nuestra

web


hay todas las informaciones necesarias. Gracias a la contribución de
todos lo que quieran, financiaremos proyectos concretos para fomentar
la educación y el empeño de muchos chicos y niños en condiciones
desventajadas.

Para terminar.

Entre la avalancha de correos, mensajes de WhatsApp, notificaciones en
el Facebook que a diario atascan nuestros dispositivos, tal vez valga
la pena parar un instante de vez en cuando, apagar el móvil y pensar un
poco a lo que es realmente necesario y a lo que no lo es. ¿Cuáles son
vuestros «buenos propósitos digitales»?


¡Qué buena pregunta! Puedo decir que no abusamos de ellos. Siempe
tratamos ser lo más atentos y templados posible en el uso del móvil y
de Internet. Como en cualquier cosa, sin embargo, creemos que siempre
hace falta un poco de sentido común y equilibrio para que dichas
herramientas estén a nuestro servicio y no viceversa. Si podemos darle
un consejo práctico a nuestros lectores —y he aquí lo que ha sido un
nuestro buen propósito digital— es no dejarse llevar demasiado por los
mensajes que llegan en los grupos de WhatsApp. Sobre todo si el grupo
es muy numeroso, a veces en el transcurso del día llegan centenares de
mensajes y notificaciones. En estos casos –y quizás vale la pena
subrayarlo- hay que parar un instante, bloquear nuestra avalancha de
mensajes, apagar el móvil y empezar a pensar en otras cosas.

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