«Todo lo vence el amor»
: estas son las palabras que la fundadora de los Focolares
, Chiara Lubich (cuyo centenario del nacimiento se ha celebrado en 2020)
sintió en su interior en un momento de oración, en medio de los bombardeos
que destruían Trento, su ciudad natal, durante la Segunda Guerra Mundial

Chiara Lubich. Todo lo vence el amor
es también el título de una película dedicada a esta gran mujer, emitida en
el canal televisivo italiano Rai 1, el 3 de enero de 2021, y dirigida por
Giacomo Campiotti, director también de la película Blanca como la nieve, roja como
la sangre
y de la adaptación italiana de la serie Pulseras rojas. La película, emitida en horario de
máxima audiencia, fue el programa más visto esa noche con más de 5 millones
de espectadores, a los que hay que añadir todos aquellos que pueden seguir viéndola en la plataforma multimedia del canal RAI.

La trama de la película

La película nos catapulta inmediatamente a una Italia doliente y cansada,
en 1943. Nos hallamos en mitad de la Segunda Guerra Mundial. Chiara es una
maestra de escuela, ama a sus pequeños estudiantes y está feliz de poder
ayudar a su familia con su sueldo, en un momento de grave crisis económica.
Pero la situación en su ciudad se complica gravemente cuando los anglo-americanos comienzan a bombardear su misma ciudad
natal, causando muertos, heridos, huérfanos y casas destruidas.

La familia de Chiara decide huir
atravesando las montañas, pero ella siente que debe quedarse en la ciudad para ayudar a
los más pobres, a los enfermos, a los niños que se quedan solos, a todos
los que tienen dificultades y no pueden escapar.

Ella elige permanecer bajo las bombas en lugar de «salvarse a sí misma», impulsada por una
convicción: que «el amor es el verdadero motor del hombre» y nada podrá
extinguirlo. En su caso, esta certeza supera incluso el miedo a morir.

Chiara: una de las primeras mujeres consagradas sin hábito

Chiara consagra su corazón a Dios, y aunque permanece como laica, hace un voto de pertenecer
únicamente a Cristo y de amarlo en el prójimo, renunciando a un marido y a
tener una familia propia. Uno de los votos que hizo consistió en restar en Trento, sin importarle lo que pudiera pasar.
Resulta muy conmovedor el momento en que le pide a su padre la bendición
para quedarse, en lugar de irse con ellos. Su padre, algo desconcertado, se
la concede, añadiendo: «Dios es afortunado si puede contar contigo». Luego se
despiden, sin la certeza de volver a verse.


Algunas de sus amigas, que ya se habían sentido atraídas por su
espíritu de servicio, la siguieron: decidieron también quedarse

, comprometiéndose a realizar con Chiara obras de caridad en favor de los
pobres.

Un hogar que ahora calienta el mundo entero


El “hogar” (focolare) de estas intrépidas jóvenes, nacido bajo
tierra, en un búnker, con un evangelio en la mano y una vela encendida

, mientras que afuera todo estaba en llamas por las bombas, creció y se
convirtió en un punto de referencia para la ciudad. Creció hasta tal punto
que, hoy en día, partiendo de aquellas pocas chicas que «no querían fundar
nada» sino sólo amarse y difundir el bien,

los Focolares son uno de los movimientos eclesiales más
extendidos en el mundo

. La fuerza y la novedad del carisma es la unidad. El sueño de Chiara es,
de hecho, el mismo de Jesús: «Que todos sean uno».

Chiara realmente apostó por el amor, se arriesgó, tuvo el valor de jugarse
todo por aquello en lo que creía y tocó con sus propias manos el sentido
concreto del Evangelio, enseñando a sus amigas a vivirlo «literalmente».
Cuando tienen poca comida, cuando no les alcanza ni siquiera para ellas,
dan también lo poco que tienen. «Tratemos de hacer simplemente lo que dice
Jesús: tuve hambre y me diste de comer«, sugiere. Y se maravillan,
cada vez que lo hacen, al constatar hasta dónde llega la generosidad de
Dios con ellas.


Chiara Lubich: las hostilidades y la aprobación del carisma

El movimiento de Chiara será examinado por la Iglesia, precisamente porque
se convertirá en un fenómeno de enormes proporciones. Como siempre sucede
en estos casos, ésta actuó con prudencia antes de conceder
la aprobación al nuevo carisma de Lubich. Chiara tendrá que enfrentarse a
diversos exámenes de la autoridad eclesiástica y experimentará, por
desgracia, una cierta hostilidad inmotivada, hostilidad que sin duda hubo,
pero que tal vez se muestra con tintes un poco exagerados en la película:
es el

límite de la ficción, donde se elimina el gris y se muestra todo en blanco y negro

.

El carisma de Chiara nació en un momento histórico muy diferente al nuestro:
Nos encontramos antes del Concilio Vaticano II, un evento epocal que marcó
una apertura mayor y significativa no sólo para las mujeres, sino para los
laicos en general, que antes eran vistos como el pueblo de Dios «a
remolque» y no tanto «como motor», mientras que hoy en día el papel de los
laicos está reconocido y valorado tanto como el papel del clero.

En ese aspecto de las “resistencia externas”, quizás la película exagera un
poco, pero hay que considerar que se están describiendo acontecimientos de
una época culturalmente bastante distinta. Es evidente que, por razones
narrativas, el héroe «obstaculizado por todos» tiene mucho encanto, y el
hecho de mostrar los muchos prejuicios contra Chiara como mujer hace su
figura aún más atractiva para el público en general, hoy muy sensible a la
emancipación de la mujer.

Precisamente a propósito de la emancipación femenina, Chiara es una luz muy
hermosa hoy en día.


Chiara: un ejemplo de una mujer que puso su vida al servicio de los
demás

Chiara no promovió manifestaciones, no firmó leyes, no creó eslóganes ni
voceó propaganda, pero con su vida

demostró el valor inestimable de las mujeres, la fuerza que reside en
sus almas, la belleza de poner los propios talentos al servicio de la
comunidad, cambiando así su destino.

Durante su vida Chiara consoló a viudas, alimentó a los pobres, los vistió
o los acarició, dio esperanza a los que se “ahogaban” en el vino, cuidó
como una madre a los que ya no tenían madre. Y lo hizo de una manera única
y especial, con tanta dulzura, con la ternura propia de una mujer.

En una palabra, Chiara amó. ¿Y no es esto lo que da sentido a nuestros
días?

¿Y cómo no pensar, viendo su historia,

en otra figura, del mismo nombre, de nuestros días, de la que hemos
hablado en nuestro portal

, Chiara Corbella?

Aunque de maneras diferentes, ambas han cambiado corazones y generado
vidas.

Las dos han demostrado lo mucho que las mujeres enriquecen este mundo
nuestro.

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